"BARNABITAS ESPAÑA"


ESPÍRITU MISIONERO

Arriba 

La luz brilló cuando el padre José Cogotzi recibió una carta del p. Pablo Catel, misionero Barnabita en Brasil, contando sus necesidades. Pusimos manos con animosidad y alegría a una labor que nos llevaría, sin aún ser conscientes de ello, a nuestra primera obra misionera. Durante el curso 1976/77 estuvimos traba­jando' y preparándonos con reuniones formativas, pues­tas en común, trabajos manuales y campañas para obte­ner fondos económicos.


Grupo A.d.C.H.A. en Brasil (Amigos del Campesino Hispano Americano)

Éramos un grupo de catequistas que, animados por un desconocido espíritu misionero, logramos hacer realidad un viaje a la región del Pará al norte de Brasil. Ayudados tanto por nuestra parroquia como por algu­nas otras de Madrid, teniendo los medios suficientes y la idea del trabajo a realizar, el día 30 de julio de 1977 un grupo compuesto de 14 jóvenes catequistas y acompa­ñados por el p. José, partimos para Río de Janeiro donde tuvimos el primer encuentro con los misioneros Barnabitas del tercer mundo. Al día siguiente llegamos a Santa Luzía, en el interior de la selva amazónica, donde tuvimos nuestra residencia definitiva.

Durante el mes de estancia en aquellas tierras, se construyó una casa de fábrica como club de madres. Aparte, reuniones, convivencias, visita de enfermos y de las diferentes capillas que existían en la región y que estaban a cargo del padre Catel.

Al regreso, después de la experiencia vivida, no quisimos que se quedara en nada o en un simple recuer­do. El grupo se legalizó con la aprobación de unos estatutos a través de los organismos competentes con las siglas A.d.C.H.A. (Amigos del Campesino Hispano Americano).

A partir de aquel momento, tratamos de hacer extensivo nuestro espíritu y trabajo a otros grupos de la parroquia y de otras de la Vicaria, como la de San Vicente de Paul, que en los principios nos ofrecieron un gran apoyo.

En el mes de septiembre de 1978, llegó a Brasil nuestro primer misionero el p. José Cogotzi. A través de sus cartas fuimos conociendo las necesidades más im­periosas que allí existían, concretamente en Santa Luzía y Capitáo Poco, como eran medicinas, ropa, etc., mate­rial que durante dos años estuvimos recogiendo y seleccionando, habiendo enviado una tonelada por año. Como el coste de la recogida y envío era por nuestra cuenta, para sufragar estos gastos contábamos con las cuotas mensuales de los socios, tómbola del juguete usado, venta de lotería, festivales y todo aquello viable para ese fin.

Según pasó el tiempo, el grupo se fue consolidando y empezó la formación de misioneros seglares que estuvieron trabajando con nosotros con el compromiso mínimo de tres años: en un principio Santiago Merino "A.T.S. "y su esposa Mayra, poco después se incorporó Mª Teresa Juanes y posteriormente el matrimonio José Mª González (Médico) y Carmen Mª González (Auxiliar de clínica). Su destino fue la Diócesis de Bragança; su misión, impartir cursillos de sanidad e higiene. A través de los estudios realizados de población, mortalidad infantil, características del terreno, habitabilidad, etc. se comenzaron campañas de vacunación y cursos de hi­giene para las madres nativas, uno de los fines perse­guidos fue el conseguir montar "puestos de sanidad" siendo responsables de ellos los propios nativos.

Las necesidades se fueron haciendo más acucian­tes y era necesario instalar una pequeña clínica y consul­ta médica en Capitáo Poco. Teniendo en cuenta estas circunstancias, A.d.C.H.A. elaboró y presentó un proyecto a CAMPAÑA CONTRA EL HAMBRE organiza­da por MANOS UNIDAS. El proyecto presentaba un presupuesto bastante elevado, y gracias a Dios, fue aprobado y nos hizo mirar con esperanza el futuro.

En el año 1984, se incorporaron dos nuevos misio­neros, Julio Azcárate y su esposa Charo que llevarían a cabo un estudio de la población nativa en colaboración con el C.I.M.I. (CENTRO INTERNACIONAL DE PRO­TECCION AL INDIO), para poder informar al mundo exterior de cómo los nativos son perseguidos, esteriliza­dos, sacados de sus tierras y explotados en sus trabajos, así como un gran dossier sobre los "niños de la calle" que son esclavizados, maltratados y asesinados a muy tem­prana edad.

El tiempo fue pasando y terminando el compromi­so de los distintos misioneros en vanguardia de A.d.C.H.A., pero el gru­po, dependiendo de sus posibilidades económi­cas, ha seguido ayudan­do a los más necesitados del tercer mundo.


Convivencia A.d.C.H.A.

Actualmente y des­de hace dos años, tras la visita del P. Daeren, mi­sionero en Rwanda, esta­mos procurando prestar nuestra ayuda económi­ca para las misiones Barnabitas en aquel país.

Nuestro trabajo está sostenido y confortado por un mismo espíritu, "AYUDAR AL HERMA­NO”, para ello contamos también con la ayuda de la Comunidad Parro­quial que a lo largo de estos años nunca nos ha negado su colaboración desinteresada.

Creemos importante recordar a aquellas personas qué el 30 de julio de 1977, partieron sin temor a tierras tan lejanas, algunos todavía al pie del cañón, otros han buscado en el transcurrir de los años otra forma de seguir a Jesús. En aquel grupo estaban Angelines, Chema, Teo, David, Isabel, Amelia, Javier, Mari Carmen, Inmaculada, Juancho, Jesús, Santiago, José Mª y Elena.

Esperamos y deseamos que cuando celebremos las Bodas de Oro de nuestra parroquia, A.d.C.H.A. pueda seguir informando de su labor misionera.
















                   
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